Dependencia
emocional es un concepto que muchas veces confundimos con el de amor y
enamoramiento. Es el estado en el que sentimos que no podemos estar sin
la otra persona y que hemos nacido para estar juntos en todo momento.
Sin embargo, la codependencia, o dependencia emocional, pasa del deseo a
la obligación, de la elección a la imposición.
Cuando
nos enamoramos de alguien es cierto que sentimos que no hay nadie igual
en el mundo y que queremos estar con esa persona para siempre. Sentimos
que nos gustaría compartir absolutamente todo con esa persona y que nos
complementa y entiende tanto que no necesitaríamos a nadie más a
nuestro alrededor.
Todo
esto forma parte de los primeros momentos; ese periodo de novedad en el
que la ilusión nos lleva a pasar la mayor parte de nuestro tiempo con
esa persona tan especial. Sentimos una sensación igual que el niño que
sólo juega con el último juguete que le regalaron por ser el mejor de
todos los que tiene.
Es
normal que, en un principio, la balanza se incline hacia la novedad y
lo que nos llena de ilusión. Y con el tiempo, al igual que el niño se
cansa de jugar siempre a lo mismo, sentimos la necesidad de ordenar
nuestra vida de nuevo para colocar a las personas en el lugar que les
corresponde.
Cada
uno de nosotros somos distintos y necesitamos un espacio donde poder
desarrollar todas nuestras facetas, alimentar nuestros intereses y
crecer como personas sanas y adultas. Eso significa que en una pareja no
todo es conexión ni compartir exactamente los mismos gustos, aficiones,
etc.
Es
en este punto donde se pasa del deseo y la ilusión del enamoramiento a
la obligación de la dependencia emocional. Una idea bastante común es
que si nuestra pareja es la perfecta para nosotros significa que podemos
contar con ella para todo y pasar todo el tiempo juntos; no hay
necesidad de separarse ni un segundo.
Al
tomar este camino nos estamos enredando en la dependencia emocional y
comenzamos a cambiar nuestra manera de ser para adaptarnos a la otra
persona. Renunciamos a nuestros intereses y gustos porque lo que nos
gusta tiene que ser lo mismo que a nuestra pareja. Entonces nos sentimos
coartados por nosotros mismos. Nos imponemos esa idea en la que si no
somos uno nuestra relación no va bien.
La codependencia, o dependencia emocional, supone una obsesión por la otra persona de la que no somos capaces de separarnos |
Así,
empezarán nuestras exigencias hacia nosotros mismos y hacia nuestra
pareja. Con la idea de unicidad nos creamos un mundo ideal en el que
sólo estamos nosotros dos. Iremos a todos los lados juntos, haremos las
mismas actividades, tendremos los mismos amigos y en algunos casos,
hasta compartiremos el mismo trabajo. Si en algún momento tiene que
haber una separación se vivirá como un abandono por parte de quien se
queda y comenzarán los reproches y el chantaje emocional. El pensamiento
de los dos será único y la posibilidad de tener opiniones diferentes en
cada uno será una muestra de riesgo de que la relación no está bien.
Ante
el posible conflicto cederemos porque el cariño existe pero el miedo al
abandono también y coexisten en partes iguales. Poco a poco, la
dependencia emocional y sus exigencias irán ganando terreno al amor y la
relación puede llegar a parecer una jaula abierta de la que no nos
atrevemos a escapar.
Ser
presos de la dependencia emocional significa no poder desarrollarnos
como personas y no poder madurar. Así alimentaremos una relación
estancada en los primeros momentos del enamoramiento habiendo cambiado
la ilusión por la exigencia y con un crecimiento negativo. La relación
no avanzará pero tampoco lo hará nuestra mentalidad porque siempre
dependeremos de la aprobación de los demás y de lo que piensen otros por
nosotros. Nos convertiremos en adultos con mentalidad de niños que no
toman sus propias decisiones y dependen en todo momento de otros a los
que, a la vez, obligamos a pensar como nosotros.
El
crecimiento en una pareja viene dado por la suma de la vida de los dos
miembros que comparten su vida pero mantienen su identidad independiente
de la del otro miembro. Es lógico que coincidan en multitud de
ocasiones y que en otras disientan. Pero lo que garantiza una vida en
pareja sana es que se respete la intimidad del otro y su espacio para
desarrollar su identidad libremente.
* Otros artículos relacionados con la codependencia o dependencia emocional:
- Mitos sobre el amor romántico.
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