martes, 26 de marzo de 2013

Entrar en el ciclo del maltrato: un ejemplo.



Alguna vez alguna mujer nos ha comentado que se siente sola o que no tiene mucha gente en la que confiar o bien tenemos alguna amiga o conocida que se ha distanciado poco a poco de su círculo de amistades. Dice que se encuentra muy triste y agobiada y que no sabe lo que le ocurre y se pasa todo el día con su pareja porque es la única que le entiende… pero sólo a veces.
Muchas veces discuten porque ella no quiere hacer nada. Rápidamente le recordamos lo bueno que es salir y hacer cosas, quedar con gente y distraerse, incluso, puede que le propongamos un plan. Y es entonces cuando aparece la frase: “no puedo hacer eso porque si no mi pareja se va a enfadar”.  Y nos quedamos extrañados, “¿por qué se va a enfadar si lo que intenta es animarse y además puede hacer lo que quiera?” Y al preguntar, la excusa es que tienen muchas discusiones por ese tema de no querer hacer nada y que sólo quiere hacer lo que ella quiere y, a veces, ni eso; que si queda con alguien es que el deja a él de lado y a saber si es que tiene a otro. Con lo que ella desiste de hacer planes y para calmarle a él accede a hacer lo que él propuso.
Y así, poco a poco empieza el ciclo. Ella va perdiendo el contacto con sus amistades y se entristece cada vez más porque se mete en una burbuja en la que sólo están ella y su pareja. Cada vez que intenta salir del bache se encuentra con un ataque de celos y el chantaje emocional por no querer hacer nada con él. Ella se siente en la necesidad de justificar y demostrar que sólo le quiere a él y que no hay nadie más. Pero él que es celoso patológico se seguirá poniendo celoso. Aun sin que ocurra nada ella seguirá sufriendo los celos y él irá reduciendo el círculo de amistades y de comunicación de ella para sentirse seguro de que es sólo suya. Y ella estará “tranquila” porque ya no tiene que estar constantemente demostrando lo que es innecesario.
Pero se equivoca porque el afán de posesión no tiene límite y dependiendo del grado de agresividad puede que las broncas vayan subiendo de tono hasta llegar a la agresividad física. Y a partir de ahí comienzan las automentiras y la justificación de lo injustificable.

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