La
profecía autocumplida es una creencia que tenemos acerca de algo, de alguien o
de nosotros mismos y que se acaba haciendo realidad.
Nos
cuesta creer que nuestros deseos se puedan hacer realidad, de hecho lo vemos
como algo imposible. Sin embargo, sin darnos cuenta, nos pasamos gran cantidad
de tiempo propiciando las condiciones para que se cumplan y, además, somos
maestros en conseguirlos. Lo que pasa es que cuando se cumplen no nos damos
cuenta de que lo hemos deseado.
Un
deseo es una creencia sobre la posibilidad de que algo ocurra. Normalmente
atribuimos a la palabra deseo un
sentido positivo o pensamos que es algo que nos beneficia y, lo acompañamos de
la convicción de poder controlar lo necesario para que se haga realidad. Por
esa razón, ponemos de nuestra parte lo indispensable y que facilite unas
condiciones idóneas para que finalmente se cumpla.
Ahora
bien, si pensamos que algo malo va a pasar dirigiremos toda nuestra atención a
buscar todas las evidencias que justifiquen que algo malo va a ocurrir, aunque
sólo sea por estar preparados. Además, si nuestra atención está puesta en
aspectos negativos nosotros mismos también tendremos una actitud negativa que
dificultará que valoremos acontecimientos positivos porque no están en el campo
donde hemos puesto nuestro filtro de atención. Con lo cual comenzaremos a
elaborar una lista de acontecimientos negativos y que confirmarán lo que
pensamos en un principio y actuaremos de acuerdo a estos sucesos con lo que el
clima negativo se extenderá sin querer.
¿Cómo
nos afecta personalmente a nosotros? De dos maneras distintas: mediante lo que
creemos de nosotros mismos y mediante lo que los demás creen de nosotros. Si
siento inseguridad acerca de si puedo lograr algo estaré a la expectativa de si
seré capaz o no, es decir, tendré dudas acerca de mis cualidades. Si lo logro
puede que sea por mis capacidades pero también puede que haya sido suerte o que
fuera algo muy fácil. Si no lo consigo creeré que fracasé únicamente por mi
causa y me sentiré un inútil con lo que esa idea quedará subyacente para la
próxima vez que intente hacer algo.
Por
otro lado, si una persona significativa para mi (por ejemplo un familiar, la
pareja, los amigos) tiene un concepto acerca de cómo soy me importará su opinión
e intentaré conservar su aceptación y su afecto. Por ejemplo, si cree que soy
una persona arisca sentiré la presión de demostrar que no es así. Estaré
constantemente vigilando mi comportamiento lo que me creará mucha tensión y
estrés que si no logro controlar acabará por sobrepasarme corriendo el riesgo
de caer en una explosión de ira. Y una vez más se habrá confirmado esa
creencia.
Además,
si los demás tienen una idea preconcebida sobre nosotros se comportarán de
acuerdo a ese concepto. Esto son los prejuicios. Si creemos que los ancianos no
oyen les hablaremos dándoles voces sin ser conscientes de que nuestra voz puede
sonar chirriante cuando gritamos. Si no nos entienden lo atribuiremos a que no
oyen bien no a que al elevar la voz la distorsionamos.
Otra
muestra, es que si creemos que las mujeres son personas débiles e inseguras las
trataremos con delicadeza y una actitud protectora y ellas responderán, a su
vez, de una manera acorde confirmando ese prejuicio. Si esto lo encuadramos en
una entrevista de trabajo consideraremos que esa cualidad no es válida para
determinados puestos y serán excluidas del proceso de selección. Mientras tanto,
puede que a un candidato varón le atribuyamos firmeza y seguridad y lo trataremos
de acuerdo a esta presuposición a lo cual responderá de la misma forma. ¡Y todo
esto variando tan sólo el tono con el que nos dirijamos a ellas o a ellos!
Pero
la ventaja que tiene la profecía autocumplida es que también la podemos
utilizar a nuestro favor. Retomando el concepto de deseo y con lo explicado hasta aquí, es fácil deducir que si creo
firmemente que puedo hacer realidad mi sueño haré todo lo que está en mi mano
con una actitud positiva desde el inicio y si no lo logro no será exclusivamente
a causa de mi ineficacia.
Como
bien dijo Henry Ford: "Tanto si piensas que puedes, como si
piensas que no puedes, estás en lo cierto."
Os animo a reflexionar sobre este
supuesto práctico para comprender cómo la profecía autocumplida puede llegar a
ser algo muy sutil: http://psicobsm.com/2013/02/26/un-joven-sospechoso