En
estas fechas los cristianos celebran una de sus fiestas más importantes, la
Navidad. Es una fiesta alegre que coincide con los últimos días del año y llega
hasta la primera semana del año siguiente. En este tiempo, se realizan varios
actos o rituales en las iglesias. Pero, a pesar de que los creyentes celebren
estas fiestas con el significado que tiene para ellos, la proporción de los que
acuden a las iglesias es bastante pequeña.
¿Qué
ocurre con las personas que no profesan esta religión o que son ateos o
agnósticos? Las fechas están marcadas en el calendario como oficiales porque
tradicionalmente en nuestro país la religión dominante ha sido el cristianismo
y, actualmente, aunque de manera oficial seamos un país laico, a la hora de la
verdad no lo somos tanto. Por eso seguimos organizando nuestros años y nuestra
vida en torno a fiestas religiosas.
Los
no creyentes podrían celebrar sólo la Nochevieja que en principio, es una
fiesta pagana pero el resto del tiempo, ¿qué harán? Lo normal es que no tengan
que ir a trabajar porque son días festivos, los comercios están cerrados, el
tipo de comida que hay en los supermercados cambia un poco, las calles adoptan
un ambiente festivo y se organizan otros actos que no tienen que ver con la
fiesta religiosa. Y lo más importante, culturalmente se ha celebrado desde hace
muchos años y prácticamente todos lo hemos vivido desde que éramos muy pequeños
y, además, de una manera positiva.
Al
final, recordamos estas fiestas con una sonrisa y nos gusta repetirlas sea por
nosotros o por los niños que hay en la familia. En consecuencia, para la
mayoría de las personas, creyentes y no creyentes, ésta es una época para
reunirse con la familia y comer cantidades ingentes de comida que luego nos
estarán pesando a lo largo del siguiente año.
¿Pero
por qué reunirnos con gente a la que no vemos más que una vez al año y con la
que muchas veces acabamos discutiendo? Esta pregunta tiene tanto de mito como
de realidad. Dependiendo de las familias, algunas se reúnen por obligación pero,
para otras, es una excusa para verse que no encuentran en otro momento.
Y
es que la Navidad no deja de ser un rito de nuestra sociedad, por eso lo hemos
asimilado todos, tanto los creyentes como los no creyentes. Los ritos nos
sirven para organizar el ciclo de la vida desde que nacemos hasta que morimos,
y nos entierran o nos incineran, pasando por nuestro paso de la niñez a la edad
adulta y, a veces, nuestro emparejamiento. Organizamos los años mediante las
fiestas sociales pero también con los ritos privados de cada persona y cada
familia como son los aniversarios, cumpleaños, etc. Y no sólo existen este tipo
de celebraciones tradicionales, según las culturas se celebrarán los cambios de
estación, fenómenos astronómicos, rituales con animales, fiestas de lugares,
etc.
Este
tipo de celebraciones nos unen a otros, puesto que son ritos destinados a estar
acompañados. Le dan un valor general a la sociedad pero también a cada uno de
nosotros como persona puesto que nos hacen reflexionar y nos dan la oportunidad
de retomar o afianzar el contacto con nuestros allegados. Nos sirven para saber
que no estamos solos y que tenemos un grupo de personas que siempre está ahí y
nos puede ayudar; a la vez que nos hace sentirnos parte importante de un grupo,
somos alguien reconocido dentro de él. Otra función importante es que nos ayuda
a mitigar el dolor y a perdonar por las pérdidas y los conflictos que pudieron
acontecer en otro momento. Es una buena ocasión para la reconciliación puesto
que los que se reúnen acuden con una actitud pacífica tratando de disfrutar de
la fiesta y que los demás estén a gusto.
Por
eso cualquier tipo de ritual o de celebración es importante y no tiene por qué
ser según lo que dicta tal o cual corriente, religión o movimiento social.
Simplemente, tomamos unas fechas y les damos un valor especial para nosotros
que nos hacen recordar y crear lazos afectivos con quienes nos rodean. En estas
fechas no todo el mundo se reúne con su familia, también se celebra entre amigos
o con gente con la que se sienten queridos y ese es el significado fundamental
de este y de cualquier otro tiempo festivo.
En
definitiva, como seres humanos y por nuestra condición de seres sociales
necesitamos los rituales porque nos dan una identidad personal y un valor como
parte de un grupo y del mundo en el que vivimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario